asignatura "problemas psicosociales en chile", universidad alberto hurtado

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jueves, 25 de septiembre de 2008

Niños de y en la calle

"Conformación de la identidad
marginal"



Es sabido para la psicología desde hace mucho la importancia de la identidad para la conformación de la persona como tal, la cual se forjaría siempre dentro de un contexto particular que le otorgará al individuo cierta identidad sujeta a determinada comunidad. Tal configuración de la personalidad deberá necesariamente ser reconocida por los demás, ya que sólo de esta manera podrá ser validada, siendo así un proceso de construcción en donde participan tanto el individuo mismo como la sociedad en la que éste se encuentra. Ello proporcionaría cierto "sello" característico a la persona; sello que según concuerdan diversos escritores estamparía y reforzaría las subjetividades y rasgos particulares del individuo.




Se reconoce como instancia crítica para el desarrollo de la identidad a la adolescencia; ya que sería aquí en donde se definiría al alero de diversas influencias (y a veces presiones sociales), lo que el individuo llegará a ser en unos años más, puesto que son los distintos grupos sociales con los que interactúa, quienes en gran medida determinaran lo que ha de ser la persona. Aquí jugaría un papel crucial el hecho de ser considerado y reconocido por los demás, como también a la inversa, con lo que se configuraría una distinción entre yo y los demás, como también entre nosotros y ellos. Es importante resaltar que, la imagen de “ellos” (por ejemplo, " ellos los de color") implica prejuicios y segregación, lo que revela un conflicto de identidad en quienes han creado el " ellos". Lo que el “nosotros” no logra asimilar, lo proyecta hacia un “ellos” reprimido y negado en el interior del propio grupo. En palabras de Erickson, “ellos son los que padecen la diferencia fatal”, siendo de esta forma la identidad propia conformada por el otro, como también la “nuestra” se conformaría gracias a la diferenciación que hemos establecido con “ellos”. (http://www.geocities.com/centrotecnicas/id.htm). Es decir mediante el reconocimiento de la otredad y la diferenciación de la misma es que se puede consolidar una identidad tanto grupal, como individual





Para fines del tema que se está desarrollando, nos asiremos de las teorías freudianas, específicamente en las de placer-displacer y principio de realidad, que conformarían el psiquismo de la persona (principio de hedonismo para algunos otros autores). Tal definición comprendería la conformación de la identidad, como la búsqueda por una lado el placer y por otro la evitación del displacer o dolor. Lo cual hace mucho sentido en el tema que tratamos, ya que ayudaría a comprender, en parte, porque la identidad de estos chicos de la calle se configura en torno a parámetros de marginalidad social; la que actuaría como respuesta y adecuación al contexto social en el cual se encuentran, ajustando las mismas necesidades sentidas, como también el medio y los recursos para lograr satisfacerlas dentro de un entorno hostil. Siendo de esta manera como interactúan las necesidades del individuo con su medio, del cual deberá disponer para satisfacerlas.





En el caso de los niños de y en la calle tales necesidades se simplificarían a lo meramente fisiológico, es decir a necesidades básicas tales como lo es el alimento, por ejemplo. Según estudios al carecer el cuerpo de algo químico, el individuo tenderá (de un modo imperfecto) a desarrollar un apetito específico o hambre parcial por este elemento de comida que le falta. (Maslow, 1992, p. 22) y es aquí donde el principio de placer (por ejemplo; alimentarse) deberá ajustarse al principio de realidad (contexto social) como bien postuló Freud, debiendo valerse de las herramientas de las que ha sido facultado, o sea las imperantes necesidades de alimento deberán ajustarse a los restringidos medios de los que se dispone para hacerlo. Aquí las necesidades urgentes de alimento imperan por sobre cualquier tipo de necesidades, haciendo lo posible por satisfacerlas. Una persona que carece de alimento, seguridad, amor y estima, probablemente sentiría con más fuerza el hambre de comida antes que cualquier otra cosa. Para el ser humano que está en una situación extrema y peligrosa de hambre, no existen otros intereses que no sean la comida. (Maslow, 1992, p. 23).






Ello nos explicaría la necesidad imperante y angustiosa de estos menores por llevarse a la boca algo que satisfaga tales carencias de carácter vital para el organismo (necesidades fisiológicas), por lo que sus actos y motivaciones estarán determinados por tales carencias y dirigidos hacia ellas. Surgiendo no sólo la necesidad de hambre, no sólo la necesidad de abrigo, no sólo una necesidad básica, sino que también una necesidad por saciarlas, incurriendo a distintos medios para hacerlo, como lo es por ejemplo el delinquir, el trabajo infantil, incluyendo en ello la prostitución infantil, a la cual en reiteradas ocasiones incurren los menores de nuestra sociedad. Tales circunstancias serán las encargadas de moldear sus identidades y personalidades, tanto de individuos como de "grupo social", el grupo de los otros, de los excluidos.


De este modo podemos asumir la identidad marginal como una configuración social, en donde la motivación fundamental sería cubrir aquellas necesidades básicas no satisfechas por la sociedad misma, la cual tampoco le ofrece facultades al individuo “marginado” para hacerlo.






Bajo tales circunstancias resulta fácil catalogar a estos chicos de la calle, como parte de la "marginalidad", incluyéndolos dentro de la otredad, pero al mismo tiempo fuera de la sociedad y de los parámetros normales de la sociedad. Etiquetándolos de un modo característico, otorgándoles una identidad particular; la de los marginados, dueños de un sector que es de nadie, pero a la vez de todos y que en ningún momento deja de ser hostil para un individuo que aún se encuentra en desarrollo y carece, por lo demás, de una adecuada configuración de herramientas psíquicas y físicas, para relacionarse con su entorno. Aquí es donde prima una ley basada en la supervivencia, en donde crecen los "hijos de la calle", debiendo lidiar a diario con una sociedad que no esta hecha para ellos. Sino que para otros.








Referencias:


-Alvarez, Marcela (2008). La Construcción de la identidad, fallas en la consolidación del sentimiento de sí mismo: La identidad negativa. Consultado en Septiembre 22, 2008 en www.geocities.com/centrotecnicas/id.html.


-Maslow, Abraham Harold (1992). Motivación y Personalidad (2da. edición). Madrid: Ediciones Díaz de Santos.

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