asignatura "problemas psicosociales en chile", universidad alberto hurtado

asignatura "problemas psicosociales en chile", universidad alberto hurtado

jueves, 25 de septiembre de 2008

Los niños de y en la calle

INTRODUCCION:
“Mecanismos de poder alojados
en la marginalidad infantil”

"Si hay niños como Luchín
que comen tierra y gusanos
abramos todas las jaulas
para que vuelen y coman pájaros"
(Victor Jara)


  • Los niños de y en la calle, ¿un problema psicosocial?

    Los problemas sociales siempre han existido en las sociedades humanas, estando presentes por medio de desigualdades y sufrimientos de diversas índoles. Es por ello, que comenzaremos definiendo problema psicosocial, para lo cual utilizaremos la definición de Sullivan et al., quien dice que “existe un problema social cuando un grupo de influencia es consciente de una condición social que afecta a sus valores, y que puede ser remediada mediante una acción colectiva” (Díaz, 1997, p.16). Es decir, los problemas sociales han sido creados o fomentados por personas que poseen influencia social sobre los demás.


    Los niños de y en la calle constituyen un problema psicosocial, ya que según la definición anterior, tal situación sería generada por las personas mismas, específicamente por quienes tendrían más influencia; quienes se revisten, así de un “poder social”, por sobre quienes carecerían del mismo, en este caso particular, sobre los niños de la calle, que constantemente son excluidos del contexto social.



En niños que viven en situación de calle podemos distinguir dos tipos, uno de ellos son los niños “de” la calle, los cuales son aquellos que viven y duermen en la calle, y que han cortado todo vínculo con su familia, por lo tanto no quieren volver o no pueden, en cambio, los niños “en” la calle, al igual que los anteriores, viven y duermen en las vías públicas, así mismo han abandonado su familia, pero sin perder el vínculo que los une a ella, y se han ido de sus hogares por diversos motivos, como por ejemplo, buscar un medio para subsistir como dinero, alimentos, etc.

Existen diversos factores que potenciarían la situación de los niños de la calle, entre los más importantes se encontraría la misma familia de la cual proviene el menor, ya que estos chicos son excluidos en gran medida, primero de sus núcleos familiares, ya sea por desintegración familiar o por no contar nunca con una estructura familiar definida. Dentro de esta situación pueden influir diversos motivos para que el niño abandone la familia como por ejemplo: situaciones de conflicto con su entorno, nivel educacional bajo de los padres (...), alcoholismo o drogadicción que alteran el comportamiento, situaciones de maltrato intrafamiliar o abandono. A su vez también pueden existir factores externos para dejar la familia, como por ejemplo el desempleo, o la desigualdad social consecuencia de las características propias de un país o región.

Además de otras causas por las que se puede abandonar el hogar, como puede ser la necesidad de satisfacer necesidades básicas, no cubiertas ni tampoco satisfechas por el núcleo familiar; razón que empujaría a una gran cantidad de menores al trabajo infantil, en muchos casos abandonando los estudios, lo que sin duda alguna generaría una gran brecha social, educacional, en donde estaría en juego la integración o exclusión misma a la sociedad.






Tales situaciones producirían una clara distinción social que ha establecido lo “normal” y lo marginal, por consensos sociales arbitrarios de lo que esta dentro de la colectividad social, es decir, incluído, siendo parte activa y generativa de la misma sociedad, como también frente a ello (y gracias a la misma distinción) es que existe la marginalidad, que daría cuenta de la exclusión, de lo que esta fuera del todo organizado, o sea de la sociedad. Claro es que este concepto de marginalidad y exclusión no remite solo a una simple diferenciación, amparada al alero de la modernidad, ni tampoco podría catalogarse como producto de ella, puesto que es un concepto reconocido e interpretado históricamente, que edificaría y erguiría los constructos de la discriminación, y a la vez exclusión social de la cual en este caso los niños son protagonistas.








La exclusión social vivida por los niños de y en la calle, en cierto sentido configura a la comunidad, la que indudablemente es afectada, por la misma exclusión, constituyéndola, tanto en la colectividad total, como así mismo en grupos y subgrupos, generando distintas “etiquetas”, las que serían componentes de la sociedad, organizándola en torno a las mismas categorizaciones.


Al hablar de niños de y en la calle resulta casi imposible “etiquetarlos” en cierta categoría y bajo una determinada “identidad”, que la propia sociedad ha urdido y estampado, siendo ellos los marginados de la misma, segmentando tras ello una marcada línea divisoria entre “los otros y nosotros”, línea que contribuye, a la consolidación de un discurso hegemónico de poder, basado principalmente en la exclusión social, cultural, económica o de la índole que ésta sea, catalogándolos por ende como los otros; como los delincuentes, los marginados, los alcoholizados y drogadictos de la sociedad etc., los que en cierto sentido “ensucian” la sociedad y la degradan, por lo que a nosotros nos correspondería mantener el orden, la norma en cuanto a la otredad, que ha sido interpretada y significada por nosotros mismos, dándoles la valoración que tienen; dándoles una identidad grupal que englobaría a cada una de sus particularidades.
Referencias
  • Díaz, Miguel Clemente. 1997. Psicología Social Aplicada. Madrid: Ediciones Pirámide.

  • Macías, Martha (). ALTERNATIVA EDUCATIVA PARA NIÑOS DE LA CALLE. Consultado en 09, 23,2008 en educacion.jalisco.gob.mx/dependen/posgrados/CIIE/EQUIDAD/MACIAS_NIÑOS_CALLE.pdf -.